Ante la preocupante situación de maltrato en las familias, los miembros integrantes de la MCLCP-Salas, llevó a cabo una jornada informativa denominada “No a la violencia familiar”, con la finalidad de sensibilizar a las mujeres de Salas Guadalupe para que identifiquen y aprendan técnicas que les ayude a mejorar sus estilos de crianza y eliminen toda forma de violencia hacia sus hijos e hijas. Así mismo, es importante reconocer las formas en que se manifiesta la violencia física y psicológica por parte de las parejas. La Ponencia estuvo a cargo de la Lic. Marianela Aliaga Valdéz, Promotora del Centro Emergencia Mujer de Ica, que manifestó su preocupación por el desgaste que se vive en la relación de pareja, miramos con indiferencia cuando una mujer es golpeada, nos pasamos de frente y no actuamos, miramos esta situación como algo normal y natural; cuando vemos que una mamá está pegándole a su niño, decimos "no te metas", pero así sea la madre, no tiene ningún derecho a lastimar. En la etapa de enamoramiento, casi nadie se acuerda del primer amor, tan sano, tan puro, ¿cómo debo tratar yo a mis hijos adolescentes?, ¿debo hacerlo como trataron a mí?, es una emoción que se da y es tan fuerte y tan volátil, la hemos pasado todos. Los hijos e hijas necesitan protección, porque se les va a presentar muchísimas pruebas a través de los amigos, ellos van a tener que aprender a cuidarse, van aprender a entender de fracasos, la vida no es fácil y ¿quién tiene que enseñar a los hijos a enfrentar los fracasos?, son ustedes. Mientras menos traumas tengan los niños, más seguros estarán y tienen que enseñar a los hijos a enfrentar esos traumas; deben dialogar con sus hijos, preguntar cómo les fue en el colegio, si tienen algún  problema, pedirles que les cuenten, ser el soporte de sus hijos.

El conflicto es algo que no se ve, y a veces el conflicto somos nosotros mismos. Debemos compartir roles, no creer que la esposa es la empleada, las cosas se hacen con amor. Esta imagen que proyectamos a nuestros hijos, contribuirá a que las relaciones posteriores que tendrán nuestros hijos e hijas pueden ser conflictivas. Estos modelos se aprenden en el hogar. 

Debemos escuchar, esto significa atender con los 5 sentidos y de manera activa, no oír; esto genera poco bienestar y frustración en la pareja. Las acciones de comunicación con la pareja y con los hijos e hijas son verbales y alcanza el 30%, lo no verbal es el 70% y debería ser al revés; se necesita respirar muy calmado para no ejercer la violencia.